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Bolivia: los fantasmas de Senkata y Sacaba
Nuevamente la prepotencia fascista volvió para perturbar los destinos del Estado Plurinacional de Bolivia, y nuevamente su epicentro es Santa Cruz, con su intolerancia y criminalidad, poniendo sobre la mesa de la discusión ¿hasta cuando el pueblo humilde y trabajador va a tener que seguir soportando estos atropellos? ¿Cuál es el contrato democrático que estos criminales y mercenarios del caos están dispuestos a respetar?
Y es muy importante discutir esto porque dicen que «El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra», y desde el siglo XVIII venimos lidiando con esta endemia creada por el capitalismo, que con la misma saña que arremetió contra nuestros hermanos originarios enarbolando el estandarte de la “fe”, asesinaron y saquearon sin pudor y remordimiento esta gloriosa tierra que albergaba todo el esplendor de civilizaciones milenarias, jamás imaginadas en la Europa decadente y oscurantista de la “Santa inquisición”.
Esta tierra que durante la conquista entre 1545 y 1625, en San Luís de Potosí, viera perecer a varios millones de indígenas en las minas, y así y todo, hoy se constituyen en un Estado Plurinacional integrado por 37 pueblos originarios oficialmente reconocidos por el Estado boliviano, de los cuales los más numerosos son los quechuas y los aimaras, tiene que seguir soportando el racismo y la explotación de los descendientes de croatas, pertenecientes en su mayoría al partido de los ustachas (nazis), traídos después de la segunda guerra mundial, por la CIA y la ultraderecha nativa, que se asentaron en Santa Cruz, conformando desde aquella época las castas oligárquicas que amenazan a los bolivianos raizales y que ha sido constantemente una base de operaciones estadounidenses, fundamentalmente de la DEA y la CIA.
Fueron los grandes aliados del dictador Hugo Banzer, siendo beneficiados por éste con grandes partidas presupuestarias y de infraestructura en sus dos gobiernos y hoy manejan el Oriente boliviano desde los principales proyectos de desarrollo petrolero, agrícola, ganadero e industrial. Los nietos de estos connotados genocidas son gente formada en duras ideologías racistas y anticomunistas, y se sienten los principales forjadores del explosivo adelanto económico de sus provincias.
Santa Cruz de la Sierra se caracteriza por la gran proliferación de logias y sectas, (Caballeros del Oriente y Toborochi) estructuras socio culturales que alientan planes secesionistas como lo que ellos llaman la Media Luna Camba (blanca) que rememora a la Media Luna Croata, que en el año 1482 se erigió como el último bastión de Europa contra la expansión del imperio otomano.
El clan croata es uno de los elementos más activos en el proceso de desintegración de Bolivia y utiliza para tal fin a grupos paramilitares como la “Unión Juvenil Cruceña”, que lidera Luis Fernando Camacho y la autodenominada “Resistencia Juvenil Cochala”, (denunciada por La CIDH como un grupo armado que participó en las masacres de Sacaba y Senkata, que dejó un saldo de al menos diez muertos y aproximadamente 124 heridos, según la Defensoría del Pueblo, teniendo en cuenta que, en total sumando otras regiones fue de 37 muertos y 500 heridos.
Hay que recordar que miembros de estas Logias Croatas, o ligados a ella, ocuparon cargos claves en la dictadura de Jeanine Añez, como Arturo Murillo Prijic, Branko Marinkovic y karen Longaric, entre otros.
Ahora el escenario vuelve a repetirse de la mano del mismo Camacho, de Calvo, de Mesa y Doria Medina. No es el Censo, no es la ley 1386, para la “Estrategia Nacional de Lucha Contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas y el Financiamiento del Terrorismo”, no es la “libertad” y la “democracia”, es su estrategia para derrocar al gobierno, lo que los mueve a tanta violencia y criminalidad.
Lo que nos cave reflexionar, es ¿hasta qué punto, este fenómeno golpista está circunscripto al Estado Plurinacional de Bolivia?
Curiosamente, existe una relación comprobada entre Mauricio Macri y parte de su gobierno o tolda política, con el golpe de Estado contra Evo Morales en 2019 y con los usurpadores como Luís Fernando Camacho, relación que también llega hasta el gobierno de Bolsonaro en Brasil, recordemos que algunos de los responsables de la represión y saqueo durante la dictadura de Añez en Bolivia permanecen protegidos en dicho país.
En este escenario de creciente convulsión en el vecino hermano país, por el nuestro, para los primeros días de junio se produjo un encuentro entre Javier Milei, el chileno José Antonio Kast y el brasileño Eduardo Bolsonaro, miembros de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) y en la primera quincena de noviembre Mauricio Macri, Mariano Rajoy, Sebastián Piñera y Álvaro Uribe se reunieron en el marco de un foro realizado en Puerto Madero.
Estos siniestros personajes tendrán un punto de encuentro en México del 18 al 20 de noviembre en la cumbre de la CPAC a la que concurrirán también Steve Bannon y probablemente Donald Trump que desde hace bastante tiempo planea su regreso, al poder de la Casa Blanca.
No se trata de un juego de nombres, ni de una circunstancia fortuita, sabemos lo que representan, sabemos lo que reivindican y fundamentalmente lo que son capaces de hacer, es por ello, que el revolotear de estos buitres, en la región donde en los últimos meses hemos sido testigos de un intento de magnicidio y seguimos con preocupación la puesta en marcha de un golpe de Estado, no puede tomarse a la ligera.
Imagen de portada: funeral popular de las víctimas de la represión golpista en 2019