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“Me importa un pito…”
Que el 90% ya no le cree y que el 95% tiembla porque en seis meses estaremos peor, ¡le importa un pito!, total, ya logró el poder para aplicar “su agenda”, no la de los ingenuos que confiaron en sus promesas, ni la de los odiadores chiros que atizan la hoguera. “Qué culpa tiene la estaca si viene el sapo y se ensarta”, alegan burlonamente. Los cándidos se equivocan cuando afirman que el gobierno ha fracasado. Que les haya engañado es otra cosa; pero que su plan se cumple a las maravillas está a la vista. La privatización de los bienes y servicios públicos es su prioridad, llámese concesión, delegación o externalización de medicinas; la RMI supera los diez mil millones en Suiza para “garantizar” la deuda externa. Léase para asegurar las inversiones especulativas de los tenedores de papeles de deuda y de bonos en manos de los grandes grupos económicos, banqueros incluidos. Para rematar, vamos a seguir quedándonos en casa porque afuera nos asaltan y matan. Y cuidadito con pasarse una roja o atrasarse en el pago del “impuesto
al banano”, porque van presos y eso virtualmente es pena de muerte.
Por fin entendió que ya no está en campaña electoral. Precisamente por eso desprecia y desdeña la medición estadística de la encuestadora internacional CID-GALLUP, que lo ubica como el peor evaluado de Latinoamérica; y la CEPAL proyecta la tasa de crecimiento para América Latina y el Caribe del año 2022 y curiosamente Venezuela, satanizado por el entonces candidato como el cuco que debíamos evitar votando por él, crecerá en un 10%, en tanto que el Ecuador apenas llegará al 2,7%. Pero todo esto a él ¡le
importa un pito!
La nueva estrategia oficial de propagandear, con un jefe aplaudido por sus áulicos como el gran comunicador, les está pasando factura. Nadie ve obra pública por 13 mil millones como afirma, confundiendo el gasto corriente con inversión social. Que el río Upano está en Zamora ni el Shalba le apoya y eso que le tiene tanta fe. Que 20 multiplicado por 30 dan 200. Pitágoras se estremece en su tumba. ¡No acierta una!: muy compungido (mintiendo siquiera, como dicen los guambras), dio el pésame a los deudos de una policía viva. Tantos desmentidos para terminar aceptando públicamente que fue él quien llamó a Correa. ¿Distractores?, porque las masacres no paran, la cúpula policial manda, el país se
cae a pedazos, sus asesores y voceros son manavalis. Miente, miente, que de la mentira algo queda. Ni el 10% de odiadores…
Para mal de sus males, viene la Corte Constitucional y le observa las dos preguntas claves de su consulta: la primera, la de incorporar a las FFAA en tareas complementarias de seguridad interna y la sexta, la de castrar al CPCCS de su facultad de escoger a las autoridades de control y trasladarla al típico reparto en la Legislatura. ¡Chuta!, la maniobra se queda sin piso. Con este dictamen de control constitucional, la cosa se le pone cuesta arriba, porque se quedaría sin sus ganchos para que los electores caigan una vez más en la trampa del sofisma maniqueo. Ya vociferaban que quien vota NO en la primera pregunta, estaba con los narcos. Total que los narcos han sido los generales y otritos más. Dicho por la Embajada…
Ya molesto por lo desafinado del coro de sus fans del poder mediático, les llamó al orden por ciertos descontroles que ya no controla. ¿Qué dije?, bueno, pero si me entienden: se le están revelando los pautados. ¿Querrán más?, ¿habrán recuperado la ética, la cordura?, ¿qué es eso?, preguntan ciertos termocéfalos, preocupados porque su odio ya no envenena a la parroquia…