Ya, ¡párenle!

Vetaron parcialmente las reformas de la Ley Orgánica de Comunicación, cercenando el 70% de su contenido, dejándola en soletas para agradar a los pautados que se atreven a sostener que la mejor ley en esta materia es la que no existe; y a cualquier propuesta regulatoria que garantice precisamente la libertad de expresión de todos, lo califican como “ley mordaza”, cerrándose a cualquier debate, prevalidos de que son los mimados de palacio, con el feo apodo de “prensa libre e independiente”. En su momento propusimos un capítulo para la Defensa de las Audiencias; pero tampoco aceptan, porque son tan libertarios que solamente publican lo que les da la regalada gana y ¡punto! Y si a Ud. no le gusta, gástese en un largo y costoso juicio ante la justicia ordinaria donde de antemano sabemos quién va a ganar…

Lo de la libertad de expresión es el estribillo de los acaparadores de frecuencias para el libertinaje de los odiadores disfrazados de periodistas, como cuando lapidaron con los dardos de la intolerancia racial a Leonidas Iza, motejándolo de “cabrón”; o como el borracho que invitó a un despistado a vomitar bascosidades en contra del ex Presidente Correa, ensañándose con su verborrea asquerosa y morbosa, propia de patanes. Qué miseria humana, qué nivel de ciertos medios dizque de comunicación. Pero la condena ha sido masiva, incluso con abstracción de posiciones ideológicas.

Hablando de justicia, no importó la violación a una sentencia de la Corte Constitucional, ni los audios escuchados en todo el país, que dan cuenta de órdenes y obediencias de jueces y tribunales, de injerencia en otras funciones del Estado. Todo eso y más les valió un pepino a los destajeros, al momento de votar en el juicio político a 3 vocales del Consejo de la Judicatura, salvándoles el pellejo, pese a su evidente descalificación y mediocridad, para que sigan arrastrando a la justicia al deplorable estado en que agoniza, huérfana de credibilidad ni prestigio, con el agravante de que en sus fallos se juegan nuestros derechos y garantías. ¿Tendrán la cara de volver a pedirnos el voto? Y en este escenario pretenden una consulta. Háganlo, para ver a cómo les toca…

Intentaron asesinar a Cristina en Argentina. El frustrado magnicidio tiene nombre y apellido: la impotencia de las élites para detener el avance del progresismo en la región; y el odio fascista de los que le robaron la democracia a sus pueblos que hoy buscan recuperar su derecho a un estado de bienestar sostenible y financiado por los recursos públicos que hoy van a los paraísos fiscales para privilegio de los neoliberales. Acá juntaron los votos de la oligarquía con los de la otrora estirpe ancestral, traicionada por los ponchos dorados. La CONAIE proclamó el voto en contra de tanta corrupción.

Pachakutic se limpió con la noticia. En tanto el Ing. Iza agota su paciencia en un diálogo oficial con sordos. Le reconocemos su autenticidad al frente del sector más atrasado y manoseado de nuestra sociedad. Tiene el reto de lavar esa wipala percudida por el odio y el oportunismo.

Juan Cárdenas Espinoza

Abogado, Analista político, ex asambleísta por la provincia de Cañar