Les desaparecieron.

El conflicto armado interno generó un ambiente de miedo e intimidación que sirvió como distractor y de pretexto para aumentar el IVA, el precio de los combustibles y otras acciones ordenadas por el prototipo del chulquero, el FMI que aún así no está satisfecho y pide reformas tributarias con más impuestos regresivos e indirectos como más IVA con la eliminación de las exenciones a medicinas y alimentos, mientras permanece intacto el gasto tributario que no es otra cosa que las exoneraciones y perdones de impuestos a los grandes grupos económicos, en tanto avanzan con la privatización de nuestros recursos naturales, como el campo Sacha y su eficiente producción petrolera. Apagones, desempleo, inercia del aparato productivo, creciente migración; y nos quieren convencer que han puesto en orden la macroeconomía porque la Reserva Monetaria Internacional está al servicio de la deuda externa, cuyos tenedores de papeles son los mismos de la gallada privatizadora. Estamos en estado terminal y comatoso.

Y para rematar nuestra tragedia, a los cuatro menores de las Malvinas les desaparecieron. Después de torturarlos, les asesinaron y para borrar las huellas de su crimen horrendo, les incineraron. Compatriotas, hemos tocado fondo. El respeto a los derechos humanos, la solidaridad, la esencia humanitaria se hicieron añicos en el desposte de inocentes víctimas condenadas por su pobreza, por su piel cobriza. Lo más cruel y desalmado es que pretenden manchar su límpida memoria con una campaña de descrédito, aupada por la mafia mediática que cobra para lapidar el buen nombre de 4 niños soñadores. ¡Infames! Con las armas de dotación oficial, 16 efectivos cumplieron la consigna macabra. Tanto dolor popular no les conmueve. Los padres, familiares y amigos se secaron por dentro con el llanto de una bronca que les inflama la vida con tanta injusticia. Arriba hay silencio. No tienen nada que decir, la desinformación ya está contratada y bien pagada. El feriado les vino al pelo. ¿Lograrán ocultar? ¡Ni perdón ni olvido!

Que no pedirá licencia. Ni él ni su bancada. Alegan que para ellos no es reelección y por último, ¡que no les da la gana! La Ley profanada porque nunca se han sentido iguales al pueblo. Son de la élite pelucona, son “gente de bien”, como el “finado” Guarderas que se fue por la sombrita. A llorar al parque, denunciólogo de pacotilla. A la vice le niega todos sus derechos. La dama saca la cabeza y ¡pum!, un nuevo decreto, el 492, copiado del anterior, hasta con nombramiento repetido para la señora Moya. Todo con tal de que la titular, elegida por voto popular, no se siente en Carondelet ni un solo segundo. El poder en sus manos le da patente para burlar el ordenamiento legal, sin que la autoridad electoral diga absolutamente nada. Qué silencio tan sonoro. Nada dice ante la campaña anticipada e ilegal de una Asambleísta oficial que salió de día claro y con sol a repartir cocinas de inducción que en su momento despreciaron porque fue un programa de la RC. ¿Entenderá la aludida legisladora que sus funciones son las de legislar, fiscalizar y nada más? Le está expresamente prohibido repartir bienes públicos. Es un delito electoral y causal para su destitución. El ejemplo viene de lo alto, con Pepe Cortisona que se ensucia en la Ley y se limpia con la Carta Magna. Nunca olvidaremos que a los 4 niños de las Malvinas les torturaron, asesinaron e incineraron. ¿Se puede ser más cruel?