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Rompiendo esquemas…
Cuando condenó a su binomio al polvorín del holocausto contra el pueblo palestino, estaba “rompiendo esquemas”. Cuando invadió con la fuerza pública la Embajada de México para secuestrar al exvicepresidente Glas y arrastrarlo a la infamante mazmorra de La Roca, estuvo “rompiendo esquemas”. Cuando ordena a una de sus ministras, la más parlanchina, para que con un sumario administrativo suspenda a la Vice por 150 días y no tener que encargarle el solio, también está “rompiendo esquemas”. Cuando por decreto nombra ilegalmente a otra vicepresidenta, está “rompiendo esquemas”. Cuando deshoja margaritas para ver si pide o no licencia durante la campaña electoral, está “rompiendo esquemas”. Cuando después de dejarnos en tinieblas contrata a ojo de buen cubero la compra y alquiler de generadores y barcazas, como si fuera para las haciendas familiares, también proclama que está “rompiendo esquemas”. Cuando manda a publicar la ley paquetazo, inexistente por el archivo resuelto por el órgano Legislativo, dice que “rompe esquemas”. En fin, hay un antes y un después de él, sólo comparable con el “antes y después de Cristo”. Y con esa convicción planea ir a la campaña con la banda presidencial. Así son los genios. ¿Y la Constitución?; ¿y las Leyes?
A lo que le interesa le da visos de único y trascendental, como el “emblemático” anuncio de la última operación fiduciaria monitoreada por el FMI, para obtener otro agobiante desembolso (préstamo), de 500 millones para pagar deuda vieja con deuda nueva, al gusto y conveniencia del chulquero que vino a tomarles la lección sobre el fiel cumplimiento de su recetario impositivo y hambreador, también “rompiendo esquemas”. Hablan del canje de deuda para la conservación de la Naturaleza, pero permiten la instalación de una base militar imperial, con portaaviones e implementos bélicos, precisamente en el emporio natural más sensible del planeta, las Islas Galápagos, Patrimonio Natural de la Humanidad, de cuya intangibilidad somos custodios. Aquí también “rompe esquemas”.
Vuelven con la agenda que les queda: “culpa de Correa”, para evadir su responsabilidad en el abandono y destrucción del Plan Nacional de Electricidad, ocasionando una crisis que JAMÁS debió suceder. ¡Cómo quedaron los propaladores del millón de fisuras de Coca Codo Sinclair!, cuando es la hidroeléctrica que nos salvó de la penumbra total. Aunque les duela y les quede clarito, al 2015 en la década ganada de la Revolución Ciudadana, en el Ranking Mundial de Seguridad Energética, fuimos el QUINTO PAÍS, sólo detrás de Canadá, Dinamarca, Estados Unidos y Reino Unido, repito, ¡el quinto país!, por encima de casi todas las naciones del primer mundo y de América Latina. Cambie de asesores, porque están haciéndole meter las dos, son vagos que ni siquiera han leído el Art. 93 del Código de la Democracia que le obliga sí o sí a pedir licencia sin remuneración desde el inicio de la campaña electoral. La señora CNE sale con la barrabasada de “si el presidente no pide licencia, los legisladores tampoco”, como si estuviera repartiendo aguinaldos. Lo de la vice es un caos, una vergüenza, por más que la doña diga que no le tiene miedo ni al diablo. ¿Tampoco al juicio político?
No todo está perdido. Una sentencia de la Corte Constitucional ordena dejar sin efecto la devolución de los bienes incautados a los Isaías, porque los jueces que resolvieron contra Ley cometieron error inexcusable y serán procesados como manda la resolución de la CC. Deben serlo también los “afamados” abogados, expertos en chanchullos pseudo legales; además la agenciosa operadora que fue premiada con un puestazo en el Consejo de la Judicatura. Es la misma que, cuando se descubrió la metida de mano de “esa gente” en la justicia, dijo que informó de esta grave infracción, pero no a la Fiscalía, ni a la CNJ, sino al rugiente de Mocolí. ¿Entendieron? Ni yo. Bueno, Feliz Navidad.