Opinión
“Dejamos un mejor país”. ¡Que mal chiste!
Así dijo “el que sabemos”. Si no fuera tan cruel, hasta para reírse. Deja un país endeudado con un dogal consolidado que borde a los 80 mil millones y sin obras que lo justifiquen. Volvieron los apagones como consecuencia del abandono del sector eléctrico, cuyos embalses de agua se llenaron de sedimentos que debieron ser evacuados secuencialmente en forma oportuna. Y dice que deja un país mejor. Los hospitales son una frustración popular pues no tienen medicinas ni atención . En las escuelas condenaron a los niños al imposible de compartir un libro entre tres. La vialidad destruida, la seguridad ciudadana una quimera que se ahoga en un reguero de sangre, tanto que para la región somos de los países más violentos, lo dice una última medición de CID GALLUP. Sin embargo, se ufana de dejar un mejor país. Ni ellos mismos lo creen.
Frasecita que se siente como un insulto a la inteligencia de la gente que sufre y lamenta la paralización de la economía, el galopante desempleo, la desatención de los servicios públicos que desde la visión mercantilista de los neoliberales, lo convierten en oportunidades para hacer buenos negocios y acumular su insaciable plusvalía a costa del hambre y la marginalidad popular. Por el triste y peligroso camino de la migración se nos va el Ecuador en familias enteras. Muchos quedan insepultos en la selva del Darién o en las profundidades del Rio Grande, porque acá los privatizadores les negaron su Patria y su futuro Para colmar la paciencia, se ha dado por condecorar a sus incondicionales, mediocres responsables del descalabro que afecta a la Nación. Cantinflas, en la magistral película “Su Excelencia” ridiculizó esto de las condecoraciones, llegando a imponer el gran collar del perro y hasta la medallita de san canuto. ¿Condecorar a tanto inepto? ¡Por favor!, ahora sí que nos vieron la cara de idiotas.
El presidente electo en su viaje por el exterior tocó las puertas de la banca chulquera para poder afrontar la calamitosa situación del gobierno que dizque nos deja “un mejor país”. El sinceramiento de cifras desnuda la tragedia de la caja fiscal que no tiene ni para sueldos y salarios. ¿Qué hicieron con la RMI de la que tanto se ufanaban como señal de que han puesto “la casa en orden”? Solamente atendieron el pago de deuda, porque ellos y su gallada son tenedores de papeles y bonos priorizando una vez más sus particulares intereses. Los Organismos Autónomos Descentralizados, las Universidades, los proveedores , contratistas y servidores externos reclaman por sus rentas y pagos retenidos. El caretuco de finanzas se hace el loco con la colosal mentira de que no debe nada a nadie, que todos están al día. ¿Es ése su mejor país? ¿En qué galaxia vive?
Destituyeron a la alcaldesa de Jipijapa por tener recursos en paraísos fiscales. Muy bien hecho, es la Ley. Pero la Ley es para todos . La investigación internacional de los Pandora papers y otras denuncias de que “los que sabemos” conservan fortunas en esas guaridas, amerita igual procedimiento para castigar a los que se llevan la riqueza colectiva, fruto de procesos de producción con el c oncurso del sudor obrero y para evadi r los impuestos, “deporte favorito” de los pelucones. Es la razón por la que le tienen terror a Rafael Correa quien volverá para el segundo capítulo de nuestra maravillosa Revolución Ciudadana.