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No nos volvamos a equivocar

Después de la catástrofe multidimensional que ha provocado el gobierno del banquero Lasso, muchos ecuatorianos, hombres y mujeres nos preguntamos por quién votar. La activación del mecanismo constitucional conocido como muerte cruzada, puso a correr a los partidos y movimientos políticos, desnudando sus falencias como la falta de cuadros capacitados para asumir las candidaturas presidenciales y de asambleístas. La mayoría de estos son membretes, con un dueño, una cuenta en redes sociales y un encargado de abrir la sede, más nada. Sí, el sistema de partidos políticos en Ecuador es una de las ficciones de esta democracia liberal (más plutocracia en realidad).

Nos hacemos la pregunta, empezamos a revisar los binomios, hombre-mujer, a excepción del binomio del correísmo, Luisa y Andrés. Lo primero que salta a la vista es una cantidad considerable de nombres y apellidos raros: Topic, Yaku, Sonnenholzner, Hervas. Otra característica de al menos 5 candidatos, es que tienen mucho dinero, empresarios, o para ser preciso, hijos de empresarios, educados en Europa y los Estados Unidos, lo cual está bien, nacieron en buena cuna y sus padres les pagaron las mejores universidades del primer mundo. Lo tercero, rostros más o menos conocidos, políticos de carrera algunos, empresarios políticos otros, a excepción de uno, que es un mercenario, una apuesta desesperada de Nebot, que al ver su nave naufragar, no dudó en apostar por este personaje con antecedentes violentos, dejando de lado a militantes socialcristianos como Cristina Reyes, mujer bastante preparada que pudo haber hecho una interesante campaña y estar en segunda vuelta. La aventura con el mercenario será el fin político de Nebot.

Un buen amigo siempre me dice que hay que desconfiar de los conversos, esos son los peores, Y tenemos a uno en la papeleta, Villavicencio, el ex sindicalista petrolero, “periodista de investigación”, que se decía un tipo de izquierdas, luego ambientalista, y ahora sin el menor empacho apoyó a este presidente neoliberal, un tipo que es apadrinado por María Paula y por Lasso, ¡qué miedo! Sin lugar a dudas, de largo, el peor candidato.

Tenemos a un ex vicepresidente del nefasto Moreno, sí, un joven empresario, que estuvo dos años y medio en el cargo, en el gobierno que repartió hospitales en plena pandemia, se tomó miles de fotos y al aburrirse, dejó botado el cargo. Vale la pena recordar qué hizo junto al ruin Lenin Moreno. Con la llegada de Sonnenholzner, empezó a aplicarse el recetario del Fondo Monetario, FMI, privilegiando el pago de la deuda externa por encima de las necesidades fundamentales de los ecuatorianos. Haber sido vicepresidente de aquel gobierno ya es un pésimo precedente, ser apadrinado de María Paula peor. Pero lo más peligroso de todo son sus recetas, más de lo mismo, más neoliberalismo.

Tenemos a Yaku, antes llamado Carlos Pérez, un emisario del capitalismo ecológico, que recorre el país en una bicicleta de alumino, con propuestas ambientalistas absurdas. Fue candidato a la Presidencia por Pachakutik en 2021, quedando muy cerca de pasar a segunda vuelta. Apadrinado por Gustavo Larrea, un personaje maquiavélico de la política ecuatoriana. Yaku ahora no tiene el respaldo del movimiento indígena, ni de Pachakutik, también apoyó a viva voz al banquero que nos desgobierna. Ahora es aupado por un partido que se dice de izquierda, pero que en realidad es todo lo contrario. Tener el respaldo del MPD, es tener a los causantes del caos en las universidades y colegios allá por los noventa, y los autores del desastre de la administración municipal de la ciudad y provincia de Esmeraldas.

También volvió Hervas, el salvador de la Izquierda Democrática en el 2021, aquel candidato outsider que luego se dio cuenta que no era socialdemócrata y se vistió de independiente para cotizarse mejor, ser cooptado por algún partido-membrete y poder jugar a ser empresario-político. El mismo Hervas que fue acusado por el banquero Lasso de poner los votos de la ID a cambio de que el SRI no le cobre los impuestos. El que ahora tiene que decirle al país si es el nuevo Lasso con empresas offshore.

Otra característica de estos candidatos es que no tienen ideología, dicen que eso no sirve a la hora de gobernar, que a la gente eso no le interesa, se declaran de izquierdas y de derechas al mismo tiempo, son todo y nada a la vez. Eso nos suena familiar, y las consecuencias también son conocidas, cuando un político dice eso, es porque es de derecha, no hay problema con que lo sea, el problema es que está mintiendo, ocultando su ideología y sus intenciones, luego cuando está en el poder, se declara el mejor amigo del país del norte y ya sabemos las consecuencias; un Estado chiquito, ausente, un Estado que sirva a los intereses de los financistas de turno, un estado al que le vendan sus hidroeléctricas y toda infraestructura pública que sea rentable.

Y está Luisa González, mujer manabita, la primera mujer candidata a la presidencia por el correísmo. Ha sido parte del movimiento de revolución ciudadana desde sus inicios, eso es un aspecto positivo, sabemos qué esperar y qué no esperar de ella como candidata del correísmo. Representa a buena parte del progresismo ecuatoriano, con sus virtudes y carencias, pero sobre todo representa al proyecto político que gobernó este país durante 10 años. Aquel proyecto que, gracias a un contundente apoyo ciudadano, y el fuerte liderazgo de Rafael Correa, puso en vigencia una nueva Constitución que incluyó como precepto fundamental: el ser humano por encima del capital. Un giro constitucional decisivo que permitió realizar varias transformaciones económicas, sociales y políticas en este país. Luisa representa una alternativa democrática que frenará el desastre al que han llevado nuestro país, que logrará darnos seguridad, tranquilidad y estabilidad a los ecuatorianos.

El voto es una herramienta valiosa si usamos la cabeza para votar, si votamos con el hígado, tendremos otro incapaz, como este banquero, en Carondelet. ¡Lo que nos está costando el capricho de Lasso!. La mayoría lo vivimos y lo sufrimos a diario.

En estos próximos tres o cuatro años los ecuatorianos iremos continuamente a las urnas, está en nosotros no volver a equivocarnos, para volver a vivir en aquel país con salud, educación, paz y prosperidad.