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2024 trae retos y oportunidades para la industria forestal y de la madera en Ecuador
La industria forestal y de la madera ha sido un pilar fundamental de la economía nacional durante décadas, sin embargo, en el periodo más reciente enfrenta desafíos significativos que requieren atención y acción estratégica.
Quito, marzo de 2024.- Tras un período de crecimiento sostenido, con incrementos anuales que bordean el 7 % y el 8 % durante más de una década, las exportaciones de la Industria Forestal ecuatoriana sufrieron un revés en 2023, decreciendo en cerca del 8 %. Este descenso se atribuye principalmente a contracciones en los principales mercados de exportación, derivadas de situaciones políticas y económicas sobre las cuales la industria no tiene incidencia directa.
En particular, el mercado de productos de balsa, en China, ha continuado su declive desde el boom del año 2020, mientras que los mercados de tableros en Colombia, Perú y Estados Unidos han experimentado contracciones económicas considerables debido a situaciones internas complejas. Además, en la India, el mercado de Teca también se ha enfrentado a dificultades.
Sin embargo, las exportaciones de muebles han sido la excepción, manteniendo su crecimiento desde el año 2021 y registrando incluso un ligero incremento. A escala local, el mercado sigue siendo desafiante, con el sector inmobiliario aún por recuperarse y sin generar el impulso necesario para los sectores vinculados con la construcción.
En vista de los desafíos actuales, la industria se enfrenta a la necesidad de diversificar sus mercados de exportación para evitar una excesiva dependencia de uno o varios países, es esencial encontrar nuevos nichos donde los productos sean competitivos y trabajar en estrategias específicas para cada mercado. Por ejemplo, en el caso de Europa, se hace necesario obtener certificaciones que permitan el acceso de los productos a dicho mercado, lo que implica trabajar estrechamente con pequeños productores forestales.
La industria reconoce que los acuerdos comerciales no son intrínsecamente buenos o malos, sino que su impacto depende de cómo se negocien. En el caso del acuerdo comercial con China, se considera que se llevó a cabo una negociación favorable, basada en criterios técnicos que rebasan intereses políticos.
Gracias al trabajo técnico realizado por la Asociación de Industriales de la Madera y Afines (AIMA) y el Ministerio de Producción, se logró excluir los productos más sensibles del acuerdo, evitando la reducción de aranceles para productos como muebles, pisos y tableros contrachapados.
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