Opinión
Lecciones de Derecho
Cuando por odio y traición arriaron la bandera de la meritocracia, volvió, con escasísimas excepciones, la “gente de bien” a los más altos tribunales, en calidad de ardientes defensores del status quo.Juan Cárdenas
Quien conozca del cometimiento de una infracción está en la obligación de denunciarlo, adjuntando las pruebas de cargo. Algunos prefieren la “noticia criminis”. En los dos casos el denunciante no es parte procesal, por lo tanto no puede ejercer a voluntad el desistimiento de su libelo. Sólo el acusador particular tiene esa facultad. Y en tratándose de un delito de acción pública, el archivo no es una opción, porque la Fiscalía tiene que practicar de oficio toda la investigación. ¿Capisce?
En marzo se le vio indignado y molesto. Otros dicen que estaba descompuesto. No era para menos. Le fallaron los votos claves para aprobar una ley de blindaje y protección a los financieros privados. Fue entonces cuando les denunció a cinco Asambleístas, dejándoles en evidencia como corruptos, ladrones y pedigüeños de hospitales, gobernaciones y más puestos públicos. No sólo eso, también reveló que llegaron al colmo de pedirle plata en efectivo, cushqui sonante. Cierta prensa hizo lo suyo con sus primeras planas, editoriales y columnas de tinta, pantalla y micrófono, rasgándose las vestiduras por tamaño escándalo. Por allí una sosa respuesta de una de las aludidas, afirmando que con esa noticia se había hecho muy popular. Pobre wipala, trapo sucio del banquete neoliberal. Y ahora la ID le acompaña en el desencanto a sus electores.
¡Qué bestia! ¡Qué audacia de estos padrastros! Ahí está clarita la corrupción. De no creer, vecinita. Pero a los cinco meses todo cambió. Los zarandeados de marzo hoy están purificados y todo en aras de la unidad nacional. Pasó la rabieta, el coraje y en un acto de infinita bondad, olvida los agravios y exigencias de los susodichos y nada más que por buen corazón, decide retirar la denuncia y pide su archivo. Allí termina todo. Ahora bien, si ponen los votitos para salvar a los del Consejo de la Judicatura, entonces estarían a mano. Ni les debo ni me deben. Así, coloquialmente. Es que está en juego la próxima designación de jueces… No sean malpensados, nada de intromisión en otra función, es simplemente una coincidencia o precaución…
Cuando por odio y traición arriaron la bandera de la meritocracia, volvió, con escasísimas excepciones, la “gente de bien” a los más altos tribunales, en calidad de ardientes defensores del status quo. Avergonzaron la función a nivel mundial con ese mamotreto del “Influjo psíquico”, sin olvidar que el único proceso que despacharon en plena pandemia fue el incoado en contra de los ex Mandatarios de la Revolución Ciudadana, para impedir su participación en las elecciones del 2021. Los demás dos mil y pico de procesos, fueron suspendidos por imperativo legal. LAWFARE puro: sentencias al servicio de la persecución. Y se atreven a hablar de “jueces correístas”. ¡Increíble!
Ya ni se toman la molestia de desgastarse con “golpes de estado”. Por ahora no tocan las puertas de los cuarteles, les basta con ser “amiguis cercanos” de la toga…
Juan Cárdenas
Abogado-Ex asambleísta
Analista programa TERTULIA