En boca de un mentiroso…

Qué golpe para la fuerza pública que ha sido tan obediente al poder de turno. Tanto las Fuerzas Armadas como la Policía Nacional, pese a su apoyo a un casi inexistente plan Fénix, podrían ser relevadas de sus tareas por fuerzas extranjeras (sabemos de dónde), en virtud de la propuesta oficial que tácitamente se confiesa incapaz de garantizarnos el derecho fundamental de la seguridad ciudadana, pues la violencia persiste y se agrava. Entonces que vengan fuerzas internacionales, si son gringuitos, mejor. Eso de la SOBERANÍA, para “esa gente”, es simple novelería de los progresistas que sostenemos elevados principios que integran los conceptos de nuestra nacionalidad. Ellos son pragmáticos, sólo les importa aquello que les da “valor agregado” a su codicia. Señores militares y policías, les tocaría cuadrarse ante el arma imperial; aunque por ahora Mr. Trump no es muy partidario de enviar tropas a las colonias. Le bastó con cortar fondos a la USAID para dejarles “viringos” a ciertos mercachifles de la desinformación.

Asustaditos volvieron a la campaña, otra vez sin límites ni reparos legales. Dice que está vendiendo 5 gigas de electricidad a Colombia. Los paisas le desmienten. Acá insisten con la misma mentira, como la que dijo que sus datos de la primera vuelta coinciden con el conteo rápido de la OEA, organismo que desmintió esa versión, aclarando que sus datos se ajustaron al escrutinio del CNE, que no hubo indicios de fraude como alegó el quejoso. Más bien destacó la transparencia y la paz que caracterizó al último proceso electoral. Otra mentira. Los Observadores de la UE también mostraron su preocupación por el hecho de que el presidente-candidato no haya pedido licencia para hacer campaña. Por otro lado, ha causado alarma lo dicho por el presidente que grupos criminales mueven más de 30 mil millones de dólares al año. Es su responsabilidad gestionar a través de la UAFE la investigación de esta monstruosidad, denunciando a la Superintendencia de Bancos para que ejerza de inmediato sus competencias de control. Tenemos derecho a conocer el destino de ese gigantesco flujo de dinero sucio.

Las mentiras son una estafa a la fe pública, como lo es la que alentó en Argentina el presidente Milei, ese charlatán de feria que se vendió como experto economista y ahora, cuando se descubre la colosal estafa de alrededor de 100 millones de dólares a más de 70 mil incautos incluso del exterior, alega que fue sorprendido por manipulaciones económicas con la riptomoneda “Libra”, pobrecito, y que no tiene la culpa. En el afán de desmarcarse de su responsabilidad política y penal, dice que esto es como un casino, donde se pierde o se gana. No señor neofascista, ¡eso es estafa! Acá hay algunitos que lo admiran y envidian su motosierra. Son los odiadores extremistas que se envenenan en su propia saliva, desesperados porque el pueblo está abriendo los ojos. De pasadita diremos que lo resuelto por la Corte Constitucional, mandando a devolver lo que, por resoluciones judiciales de dudosa legalidad, pagó CNEL a más de 1700 servidores, por gestión de cierto dirigente “experto” en presentar acciones de protección ante el juez de un lejano cantón, es un duro golpe para los que recibieron esas remuneraciones. Mal paga el diablo a sus devotos. De ganita se llevó el CUT a los pies de los traidores. Para cambiar este marasmo, tenemos la solución en nuestras manos: el voto, para que nadie nos arranche el destino de un país que no está en venta.