Pablo Celi, el intelectual en decadencia

Pablo Santiago Celi De la Torre, el intelectual, el impoluto, el poeta y sociólogo; fue censurado por la Asamblea Nacional con una votación sin precedentes en la historia legislativa. Ciento treinta y seis votos (136 votos) pedían la censura de este personaje que, en lugar de defenderse, atacó a sus interpelantes.

Utilizando palabras rebuscadas en su discurso para tratar de sorprender al pueblo, haciéndose pasar por catedrático, quiso dar clases de política, quizás por primera vez ya que en la Universidad donde consta en nómina como profesor, jamás dio una sola clase y tampoco dejó de cobrar un solo cheque.

Su réplica y contrarréplica estaban plagadas de adjetivaciones contra el gobierno de ex presidente Rafael Correa; la misma estrategia gastada y hartera de culpar a otros de la mediocridad en la gestión. Evitó hablar de la arrogación de funciones, del ataque a los funcionarios de carrera que lo notificaron, de la incapacidad meritoria para ser contralor al no cumplir con los requisitos académicos y de experiencia laboral indispensables para ejercer el cargo, es decir, jamás habló de lo que tenía que hablar o aclarar, un limitado Pablo Celi ocupó el tiempo para su defensa en insultar y amenazar.

En su historia política se destaca por haber sido muy útil para destruir los espacios donde supo venderse como gran colaborador, por ello fue visto con buenos ojos por la embajada americana; fue el candidato ideal para infiltrarse dentro de la izquierda ecuatoriana. Todo movimiento o partido destrozado tenía en sus filas a Pablo Celi, recordemos Juventud Comunista, FADI, Liberación Nacional LN y AP.

Un personaje de ductilidad única para infiltrarse en instituciones públicas siendo funcionario de Bucaram como Subsecretario de Educación, profesor de la Academia de Guerra, Subcontralor del cuestionado Carlos Polit, y en el gobierno de Lenin Moreno es nombrado Contralor por el CPCCS transitorio, siendo pieza fundamental para la persecución de los detractores de Moreno.

Los medios de comunicación serviles al poder lo alababan con grandes reportajes y entrevistas donde destacaban su supuesta lucha contra la corrupción. Pero el romance entre los medios y Celi sólo terminó cuando el Departamento de Justicia de los Estados Unidos solicitó a la Fiscalía ecuatoriana investigar a Celi y fue detenido, caso contrario hasta hoy tendríamos en funciones a este camaleónico personaje.

Los medios se dedicaron a posicionar la idea de que la detención de Pablo Celi, obedecía a una venganza de los perseguidos por él mientras ocultaban toda información que pudiera evidenciar la estructura criminal que instauró en la Contraloría General del Estado.

Pablo Celi, censurado e investigado por “presunta delincuencia organizada, relacionada con actos de corrupción en Petroecuador, Contraloría y Secretaría” está en decadencia y ya no podrá infiltrarse tan fácilmente en el poder porque los hasta hoy, sus más grandes defensores, le han dado la espalda. Mal paga el diablo a sus devotos, dice el popular adagio. Ojalá la gran prensa y la corta memoria de los ecuatorianos no haga que este personaje resurja de las cenizas para seguir haciendo daño a la política ecuatoriana.